RAMÓN DE BASTERRA


Nació en Bilbao el 14 de marzo de 1888 y murió en Madrid en junio de 1928.
Hizo sus primeros estudios en el colegio San Antonio de Bilbao y en el de los Jesuitas de Orduña, donde fue compañero de Estanislao María de Aguirre. Estudió Derecho en las universidades de Valladolid, Oviedo y Salamanca.
Al matricularse por libre durante toda la carrera, pasaba mucho tiempo en Bilbao, donde participó en la fugaz aventura literaria de El Coitao, junto a Gustavo de Maeztu, Juan de la Encina y José Arrúe. También se le solía encontrar en la tertulia del café Lyon D'Or, que presidía don Pedro Eguillor. Allí coincidió con Pedro Mourlane Michelena, Manuel Ramírez Escudero, Joaquín Adán, Juan de la Encina, José Félix de Lequerica, Esteban Calle Iturrino, Fernando de la Cuadra Salcedo y Joaquín de Zuazagoitia, entre otros.
Miguel de Unamuno" escribe Elene Ortega Gallarzagoitia "es el gran referente de Ramón de Basterra desde 1906, cuando se dirige a él por carta en Salamanca. Allí cursará los últimos años de la carrera de Derecho, acudirá a menudo a casa del Rector, le presentará sus primeros textos, le escribirá con frecuencia en los años siguientes. Basterra siempre mantendrá la admiración hacia Unamuno, aunque las discrepancias aumenten a medida que el poeta va formando su propio criterio afín a los postulados de Ortega y Gasset".
Una vez licenciado en Derecho por Salamanca, comienzan sus años de viajes por Europa. En 1913 pronuncia en Bilbao su conferencia El artista y el País Vasco. En 1914 está en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, preparando  las oposiciones al Cuerpo Diplomático. Se ha matriculado en la Escuela Consular. Saca plaza al año siguiente y elige como destino la Secretaría de la Embajada de España en el Vaticano. "Esta opción viene motivada por el fervor clasicista del grupo de Eguillor", dice Elene Ortega.
Basterra tomó posesión del cargo de agregado diplomático el 1 de julio de 1915. Según parece, la inspiración romana afecta Las ubres luminosas y a los poemas publicados en la revista bilbaina Hermes.
Estos formaban parte de tres libros titulados Afán, Cauce y Eros. Nunca vieron la luz, pues su autor los destruyó.
En junio de 1918, todavía en plena guerra mundial, Basterra se traslada a la Legación de España en Rumanía como Secretario de tercera clase. Faltan cinco meses para que se firme el Armisticio. Durante el verano de 1918 los alemanes lanzan sus últimos ataques. Luego, la incorporación de tropas norteamericanas inclina la balanza a favor de la Entente. Primero en Bucarest y después en Jasay, donde se refugian los diplomáticos, Basterra sufre penurias y cae enfermo. Su estado de salud obliga a su repatriación en 1920. En 1921, en noviembre, sufre una crisis mental que le mantendrá apartado de su puesto durante un año. Pasado este tiempo, solicita su reincorporación y es destinado a Caracas, donde llega en 1924.
Son años en que la enfermedad mental le amenaza constantemente, pero en los que sostiene también una gran actividad creativa. En Madrid, acude a la tertulia del Gato Negro, presidida por José María Soltura. Allí se encuentran Gregorio Balparda, Ramón Carande, Quadra Salcedo, Juan de Echevarría, Francisco Grandmontaigne, Juan de la Encina, Iturrino, Gustavo y Ramiro de Maeztu, Pedro Mourlane Michelena, Federico de Onís, Ortega y Gasset, Salaverría, Sánchez Mazas, Ramón y Valentín Zubiaurre, Zuloaga, Valle-Inclán y Unamuno. Da conferencias en el País Vasco y en toda España. Publica artículos en la prensa diaria y en revistas como Hermes y la Gaceta Literaria. Empieza a publicar sus libros:  en 1921, La obra de Trajano. En 1923, Las ubres luminosas, escrita años antes, que será el primer volumen de una "Biblioteca de escritores vascos" proyectada y nunca llevada a término por Miguel de Maeztu, hermano del pintor Gustavo de Maeztu. En 1923 y en 1924, la editorial Renacimiento publica La sencillez de los seres y Los labios del monte, que Basterra ha escrito durante sus estancias en el País Vasco.
En Venezuela, Basterra sigue con sus conferencias y su actividad literaria. En Caracas saldrá su ensayo Los navíos de la Ilustración (1925). Pero en 1926 es repatriado de nuevo a consecuencia de otra crisis mental. Cuando se reincorpora al trabajo, lo hace en el Ministerio de Estado. La Gaceta literaria publica en ese mismo año de 1926 el libro de poemas Vírulo, mediodía.
En junio de 1928, Ramón de Basterra está en Plencia. Allí sufre un nuevo ataque de su enfermedad mental. Es trasladado a Madrid, al Sanatorio de Santa Agueda, donde muere el 17 de junio.

CITA DE ELENE ORTEGA

De su "Introducción" al libro Bilbao, Hércules niño publicado por la Editorial El Tilo en Bilbao en 1998, recopilación de artículos, conferencias y poemas de Ramón de Basterra publicados en revistas durante la vida del autor y recopilados por la propia Elene Ortega.


(Elene Ortega Gallarzagoitia, Bilbao, 1967, es la principal estudiosa de la vida y obra de Ramón de Basterra. Se doctoró cum laude en Filología Románica con una tesis titulada "Ramón de Basterra y su poesía", dirigida por Jon Juaristi.)

"La obra de Basterra está relacionada con dos aspectos que marcan su vida: la tierra natal y los viajes. Así, a cada destino diplomático fuera de España corresponde la gestación de un libro: a Roma Las ubres luminosas, a Rumanía La obra de Trajano y a Caracas Los navíos de la Ilustración. Dos poemarios se inspiran en el ámbito natal vasco y pirenaico: La sencillez de los seres y Los labios del monte. El protagonista de Vírulo, poema de las mocedades es oriundo de la misma tierra que el autor y halla en Madrid la clave de su incipiente ideario. En cuanto a Vírulo, mediodía, el desarrollo de las tesis del protagonista le conduce a la integración de todos los ámbitos anteriores"



CITA DE JOSÉ FÉLIX DE LEQUERICA

José Félix de Lequerica, "En la muerte de Ramón de Basterra", El pueblo Vasco, 24. 6. 1928; artículo necrológico citado por Elene Ortega.

"En la plaza de Oriente, donde vivíamos juntos y dese donde veía "al rubio faraón austríaco" estatuado, sintió los síntomas primeros de su enfermedad. Allí compuso "La obra de Trajano". Vino ya malo de Rumanía, donde los sufrimientos de la vida de Jasay, al seguir a la corte fugitiva, determinaron un serio padecimiento del hígado. Pero el esfuerzo del trabajo, aquel angustioso pelear con el estilo para vencerlo, acabaron de minar su naturaleza. Era triste verlo caer poco a poco en el dominio de la enfermedad".

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