JULIÁN BORAO: HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO
Julian
Hasta aquí hemos llegado.
Vitrubio Ediciones, Col.
Madrid, 2019, 140
5 POEMAS
PRELUDIO
La calle huele al ruido
de noches de verano
después de la tormenta.
inútilmente ocultas
que niegan su destello
a los
y una lámpara antigua
que alumbra sin piedad,
me
miro
y una respiración
que
acuéstate.
La realidad, entonces,
tenía otro sentido.
MIRAR DESDE OTRO TIEMPO
Te veo desde afuera,
estás ahí, te veo,
pero no puedo entrar
a
cruzar esa barrera
que siempre nos separa.
La impresión de moverme
en otro mundo,
mirar desde otro tiempo,
sentir que me traslado
sin dejar de existir
en dos
Ser
que permanece y une
nuestras vidas.
Mas si
aquí y allá, si pudieras estar
aquí y allí, no sé
qué realidad se mantendría,
si la
Tal
Para uno de los dos,
EL ETERNO RETORNO
Muchas cosas se pierden
porque nadie las busca.
Las
de
sin
del tiempo han destruido.
Las palabras que
la piel se han esfumado,
convertidas en aire y en silencio.
Pero algo habrá quedado
entre las ruinas, tal vez
como un rumor
que va llenando el mundo
haciendo estremecerse su retorno.
Toma
y sigamos sentados en los ecos
de lo que no se mueve, sintiendo
que alguien habla y nos
una carta de amor desde otra vida,
para que no se
lo que siempre buscamos
desde lo más profundo
de nuestros corazones.
Y hagamos el esfuerzo
de comprender el ruido inadvertido
que tiene la memoria
de la rueda que gira
más allá de tus ojos y los míos.
CONVERSACIONES
Como tú y como yo,
que no supimos cuándo
comenzamos a discutir
acerca de esas cosas
que nunca conseguimos aclarar.
Como todos nosotros,
que fuimos encontrándonos
en bares y en aceras ,
e iniciamos las frases consabidas
de las conversaciones
que nadie acabaría.
Igual que esta evidente sensación
de hablarte , tan normal como si aún
pudieras responderme
sentado junto a un área de descanso.
Ноу,
Нoy,
me ha despertado
un viento de verano
y apenas he podido comprender
tu ausencia.
LO QUE QUEDA DE TI
Lo que queda de ti
lo tengo ante mis ojos .
Permanece callado
sobre la vieja cómoda
Le acompañan dos rosas
y la fotografía
de un instante feliz.
Lo que tengo de ti
se escapa entre mis manos
si intento retenerlo,
porque su gris materia
carece de contornos
y de la forma toda
en la que fuiste .
Lo que aún queda de ti
lo observo cada día
y acompaña a las cosas
que viven el silencio
de las horas ocultas .
Puede que esté escondido
en los armarios , detrás
de las paredes
o en esas otras calles
que no consigo ver
desde el balcón del tiempo .
También entre las hojas
que quedaron flotando
en el estanque
que fragmentaron luz
entre las ramas.
Lo que queda de ti
casi se mueve, a veces,
se hace brisa ante el mar,
nieve en el valle ,
mientras te pienso,
cuando miro callado
a todas partes
intentando encontrarte
en lo que queda .