Beñat Arginzoniz



















Beñat Arginzoniz (Bilbao, 1973) estudió psicología y psicoanálisis. Es librero de profesión, editor y escritor, habiendo estado desde muy joven implicado en diversos proyectos de difusión de la poesía, género este último que impregna todos sus libros hasta el punto de producir un mestizaje entre poesía y narrativa, poesía y ensayo, aforismo y lírica, por poner algunos ejemplos. Siempre moviéndose en la frontera de los géneros, la no ficción y la biografía literaria se cuentan también entre los cultivos de su particular laboratorio creativo. En esta línea podría calificarse de "biografía poética" su libro sobre Camarón, del que Enrique Montiel ha escrito que es
"un texto heterodoxo, agenérico, singular como una bulería múltiple de José Monje Cruz. Digo lleno de registros diversos, iluminaciones, brillos, conocimiento y, sobre todo, un inmenso amor por el cantaor que cerró los ojos en 1992. Un libro extraordinario." 


Relación de libros desde 2008 hasta 2017


Manifiesto poético y otros escritos, 2008 

Agua para los muertos, 2009

Reflejos de Andalucía, 2011

Jai Alai, 2012

Pasión y muerte de Josu Expósito, 2012

Un mundo para Marina, 2014

La herida iluminada, 2015

El libro de los espantos, 2016 (en colaboración con el artista gráfico Pablo Gallo)

El evangelio del hombre. La mirada triste del Anticristo, 2016.

Oscuro animal celeste, 2016

Camarón de la Isla. El mundo es devorado lentamente, 2017







Algunos poemas del libro 

Oscuro Animal Celeste



De 1. Bronce y Camino

Entre la luna del cielo
y la luna del agua
hay un camino de espejos.
Los muertos pasan despacio
sobre el cristal de los sueños.
Entre una luna y la otra
caminos de doble filo.
Los muertos suben y bajan
multiplicando el reflejo.

*********

Apuró la copa
hasta las últimas sombras.
A sus ojos encendidos
llegaron seres ebrios de luz:
Pájaros confusos, insectos ciegos
y los grandes animales
de la tristeza.

*********

Cada vez que amanece
un juego de espejos
divide el mundo hasta el infinito.

Pronto llegarán los insectos
y entonces comenzará el cielo
a respirar por la herida.

*********

El aire inmóvil,
el pájaro
detenido en su vuelo,
la luz ardiendo en su nada.
Todo está atrapado
en el ámbar de la eternidad.
El cielo en su máscara,
el agua en su reflejo,
el corazón en su laberinto.

*********

Entre metales dormidos,
junto a las sordas raíces del sueño,
allí donde los muertos realizan
sus cálculos sombríos.
Entre pálidas cenizas,
contando sombras, párpados,
monedas oxidadas,
repitiendo la interminable lista
de los hombres, de los cielos,
de los perros que pasan.
Con las manos ya casi transparentes
y los labios confundidos por un mismo frío.
Escuchando el latido nocturno de la piedra
nos esperan
debajo de la tierra.



De 2. Decir la herida


En el instante del relámpago vi tu rostro,
en su fulgor helado te reconocí.
Después llegaron las palabras, su eco confuso
retumbando en la memoria.
Pero ya era tarde.

*********

De pronto el relámpago
el tajo en la mejilla el gran muerto.
La brecha de luz,
la herida desde donde mirar
el otro lado.



De 3. Corazón de nadie


Oscuro animal celeste,
junto al filo de la espada donde van a morir los labios
están creciendo
las serpientes ciegas de tu corazón.


*********


Como un pájaro has temblado toda la noche entre las manos encendidas del amor. Ardiendo silenciosamente hasta rozar la transparencia, cayendo de sombra en sombra hasta tocar el ciego corazón de la ceniza.


*********

Cuánta sombra cabe aún
entre las manos del sueño,
cuánta luz sin que desborden
los labios del cadáver.
Bebemos muerte a grandes tragos
mientras la copa rota del cielo
anega el corazón.



De 4. Resurrección de la mirada


Te has tumbado junto a los pequeños moribundos iluminados y has tocado el hilo frágil que os une. El hilo dorado que de mirada en mirada atraviesa los siglos oscuros. Por fin has llegado al recuerdo de nadie y al dolor de todos. Ahora descansas bajo el cielo de las resurrecciones.


*********

El primer animal visible fue el miedo.
A través de su mirada presentida en la oscuridad
llegaron al mundo todos los seres invisibles.


*********

Los pájaros inauguran el bosque con su canto.
Después de la lluvia el miedo
es una jaula de cristal.



De 5. La otra orilla


Los pálidos ciervos
beben silenciosamente
en los espejos del miedo.
Desde la otra orilla
ven flores de ceniza
y árboles heridos por el rayo.
Con la mirada atada
a la raíz del llanto:
ven en el negro corazón del bosque
el rostro quemado del amor.


*********


Las frías láminas de la luz
van dejando sobre ti
su acero definitivo.
(Tu cuerpo aún conserva
el vértigo de los últimos espejos).
Afuera el día gira
en círculos concéntricos.
Como un pez en la sombra
estás cayendo una vez más
en la espiral del miedo.




De 6. Extrañas flores


Vimos abrirse las flores cuyo perfume era el olvido.
Y supimos del secreto sin secreto, del misterio del corazón en un mundo sin corazón.


*********

La flor más bella es la que crece sobre el cadáver.
Su color púrpura simboliza
la victoria sobre el suelo sin fin de todas las derrotas.



De 7. Preguntas


Tú que has visto al ciervo herido atravesando el crepúsculo: díme si en la lenta hemorragia de sus ojos tiembla el amor o la misericordia; y si es verdad que cuando muere comienza florecer su cornamenta y en su pecho se trasluce un inmenso corazón azul.







De La herida iluminada:


La poesía no se escrie en un estado normal de vigilia, es necesario estar más dormido o más despierto. no puede realizarse como un trabajo o un oficio, no sabe de horarios y aparece cuando quiere, de manera sorpresiva, como el ciervo en el claro del bosque. Que en ese momento el poeta esté ahí o no lo esté dependerá de la calidad de su espera.

***

El poeta va olvidando todo para empezar poco a poco a recordarlo. la poesía lo lleva de la memoria al olvico; y en el olvido de sí comienza a recordar el mundo.

***

Toda palabra es reflejo de nuestra finitud, testimonio de nuestra mortalidad. Toda palabra es fractura, señal inequívoca de nuestra caída en el tiempo. pero el poeta aprende a rimar la muerte llevando las palabras al canto, forzándolas de nuevo al origen, devolviéndolas una más al vuelo.

***

La poesía es como el relámpago: brecha de luz, herida abierta desde donde mirar al otro lado


Ilustración de Pablo Gallo

Del Libro de los espantos


Lo terrible de haber resucitado es que ya no puedes dejar de ver las cuencas vacías de los muertos.

Un cadáver con sombrero te saluda, una mujer se arregla el pelo y sus manos son raíces, el brillante esqueleto de un niño pasa corriendo a tu lado...

Lo terrible de haber visto una sola vez es que ya no puedes dejar de ver.

El sol cuelga del cielo como un insecto vacío y las nubes van en procesión hacia el filo del horizonte. A lo lejos se escucha el mar, oscuro animal celeste, contando sus ahogados; el mar y su inmenso sudario, el mar y su eterna oración decapitada. Pronto llegará la noche con sus ojos, llegará con sus fuegos y sus lágrimas, y será una vez más el velatorio del cielo, y otra vez será la luna una nueva lápida sobre el mundo.

Porque lo terrible no es haber muerto ni haber vuelto ni haber resucitado, lo terrible ha sido siempre estar vivo.

 Ilustración de Pablo Gallo para la contraportada del
Libro de los Espantos de Beñat Arginzoniz



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