Javier Aguirre Gandarias: Cuatro poemas
Javier Aguirre Gandarias es un poeta que, en sus mejores momentos, es de una sencillez y una intensidad maravillosas. Por ello se ha convertido en un referente obligado de la poesía que se escribe en el País Vasco. Ediciones El Gallo de Oro nos trae este libro suyo, Nube y Cuchara, el cuarto de la colección de poesía de esta editorial.
Javier Aguirre Gandarias: Nube y cuchara. Ediciones El Gallo de Oro. Poesía. Bilbao, diciembre de 2012. 40 págs.
4 poemas de Nube y Cuchara
VIENTOS
Sonaban vientos;
me pareció,
por el lugar y la fecha,
que sería tramontana;
luego, por ser más cálido,
alisio.
Ella seguía tendida,
tan bellamente,
en la cama;
unas puertas,
arriba,
se acaban de cerrar,
me dijo;
y a mí me pareció
que era una rara mezcla
lo que allí había,
de vientos varios,
con tramontana
y alisio.
Sonaron toda la noche
vientos.
No sé
los que pude contar.
Se oían puertas,
arriba,
que se cerraban al mundo.
AOUí HABíA
Aquí había
una tienda de máquinas de escribir
y un empleado con bata gris
que dormitaba
y para comprobar la máquina
tecleaba un poema de Ronsard,
aquí, donde ahora hay un bar
que se llama Ninos,
lleno de destellos azules,
y un camarero que sonríe
y por ello apenas cobra un dinero.
VIGILIA
Viene,
la oigo venir,
vendrá
con sus tenazas
para atraparme las manos,
no debo dormir,
si duermo
sigilosamente
entrará por esa puerta,
me atrapará las manos;
no debo dormir,
si duermo
estaré desamparado,
tarda en llegar
pero ya viene
con sus tenazas de plata,
es la que trae
el espasmo,
la fiebre,
la desdicha;
oigo sus pasos
que suben la escalera,
no debo dormir...
SENILIDAD
Di conmigo que éste es el momento y no hay otro.
Nube, cuchara, manzana,.
Di tu nombre, di mi nombre.
Nube, cuchara...
Di el poema, di la rosa, di siquiera que me amaste.
Nube...
Javier Aguirre Gandarias: Nube y cuchara. Ediciones El Gallo de Oro. Poesía. Bilbao, diciembre de 2012. 40 págs.
4 poemas de Nube y Cuchara
VIENTOS
Sonaban vientos;
me pareció,
por el lugar y la fecha,
que sería tramontana;
luego, por ser más cálido,
alisio.
Ella seguía tendida,
tan bellamente,
en la cama;
unas puertas,
arriba,
se acaban de cerrar,
me dijo;
y a mí me pareció
que era una rara mezcla
lo que allí había,
de vientos varios,
con tramontana
y alisio.
Sonaron toda la noche
vientos.
No sé
los que pude contar.
Se oían puertas,
arriba,
que se cerraban al mundo.
AOUí HABíA
Aquí había
una tienda de máquinas de escribir
y un empleado con bata gris
que dormitaba
y para comprobar la máquina
tecleaba un poema de Ronsard,
aquí, donde ahora hay un bar
que se llama Ninos,
lleno de destellos azules,
y un camarero que sonríe
y por ello apenas cobra un dinero.
VIGILIA
Viene,
la oigo venir,
vendrá
con sus tenazas
para atraparme las manos,
no debo dormir,
si duermo
sigilosamente
entrará por esa puerta,
me atrapará las manos;
no debo dormir,
si duermo
estaré desamparado,
tarda en llegar
pero ya viene
con sus tenazas de plata,
es la que trae
el espasmo,
la fiebre,
la desdicha;
oigo sus pasos
que suben la escalera,
no debo dormir...
SENILIDAD
Di conmigo que éste es el momento y no hay otro.
Nube, cuchara, manzana,.
Di tu nombre, di mi nombre.
Nube, cuchara...
Di el poema, di la rosa, di siquiera que me amaste.
Nube...