Rafael Fombellida, Violeta Profundo
Rafael Fombellida, Violeta profundo. Renacimiento, Sevilla, 2012. Colección Calle del Aire 110. 90 páginas.
Rafael Fombellida no es un poeta vasco, pero es de ahí al lado, de Cantabria, lo cual para nosotros es una gran diferencia pero seguramente es una diferencia ridícula comtemplada desde América y no digamos ya desde Marte. Se trata seguramente de uno de los poetas más notables del actual panorama de la poesía española. Nació en Torrelavega en 1959 y ha publicado varios libros en buenas editoriales:
Deudas de juego (Pre-Textos, 2001)
Norte magnético (DVD, 2003)
Canción oscura (Pre-Textos 2007)
También ha publicado:
Un cuaderno de Haikus
Montaña Roja (Prensas Universitarias, 2008)
Una antología poética
La propia voz (La Mirada Creadora, 2006)
Y un dietario
Isla Decepción (Pre-Textos 2010)
Ha sido codirector de la revista Ultramar y actualmente lo es de la colección de poesía de Quálea Editorial.
CRÍTICAS
Violeta profundo
en El Cultural
en ABC
Un poema del libro:
TIERRA
DE NINGUNO
Oggi
il mio regno
è
quella terra di nessuno.Umberto Saba
Mira
esas aves grises. Pican ávidas
buscando
desperdicios entre la nieve dura.
Hay
un halo de esperma en las luces eléctricas
y
un temblor en el tránsito añil de un día a otro.
El
río no se ha helado todavía
y
se alimenta con las deyecciones
de
toda la ciudad. Abrázame y no llores.
Hay
un nervio que no me pertenece
y
tú lo estás tensando con inútil afán.
La
tierra de ninguno soy yo mismo
entre
dos seres muertos, dos seres que quería.
Por
eso en esta hora no soy nada
y
nada habré de ser cuando despierte.
Tengo
la fea conciencia de las aguas del río
y
avanzo como él, encajonado y pobre.
¿Qué
piedad sentirías hacia un detrito así?
Es
la hora más fría. (Un reguero de cieno
se
mezcla con el cauce desde un alto imbornal.
Es
el salto del ángel, Il tuffatore en Paestum,
la
caída en el Tiempo, la flecha y su destino.
Mira
esas aves grises. Pisan toda la Tierra.
Su
codicia es de raza, su moral, la de todos.
¿Habrá
que ser como ellas, rapaz en despoblado?
Hay
un montón de estiércol que una anciana descarga
a
paletadas lentas. En ruedas de tractor
cultiva
su cercado de hortalizas.
Levántate
conmigo, pues todo se levanta
y
encuentra su lugar, incluso, entre dos muertes.
Saluda
al alba. Llegan las reses al mercado.
Abre
tu risa al sol que ilumina las vías.
Estoy
solo contigo, la tierra es de ninguno,
de
ninguno, mas bella como un puente de acero.
Hay
que creer, creer, aunque no se nos crea.
Vocean
el pescado. Pasa un furgón rozándonos.
Qué
alegría sentir el aire en pleno rostro.