Francisco Javier Irazoki estará en Febrero en el Koldo Mitxelena y en el Ateneo de Irún
El próximo 14 de febrero, a las 19,30 horas, en el Centro Koldo Mitxelena de San Sebastián, Francisco Javier Irazoki dará un recital poético que repetirá al día siguiente en el Ateneo de Irún.
Nevaba
cinco o seis veces al año. Pero era de verdad, y los prados, las
casas y los árboles amanecían cubiertos del color blanco que
cegaba a los caballos. Éstos rompían con sus cascos la nieve, en
busca de un poco de hierba sepultada, o golpeaban con el hocico
las ramas, y morían después de comer las hojas de los tejos. Los
pájaros, hambrientos, les despedían con un réquiem muy delgado.
Veíamos el vuelo desorientado de los petirrojos y tordos,
hasta que descubrían la abertura de la vivienda. Entraban en
aquel túnel y caían a un desierto de oro: el suelo del desván
cubierto de mazorcas de maíz.
Algunas aves llegaban sin energía para comer los granos
sobre los que enseguida se desplomaban. Yo, niño pequeño,
apretaba con fuerza sus bultos para fundir los hielos de la
muerte, y descendía rápidamente a la habitación donde una cocina
de leña caldeaba los cuerpos de mi familia. Colocaba los pájaros
cerca del horno. Ardían unos troncos de manzanos y cerezos sobre
los que esos pájaros cantaron el verano anterior. Los árboles
cortados por el hacha de mi padre agradecían con el calor los
cantos que aliviaron su vejez.
Esta fue la primera enseñanza. Vi pronto la sombra,
aunque blanca, y el vuelo frágil que quería esquivarla.
(Del
libro Los hombres intermitentes. Hiperión, 2006)