AITOR FRANCOS
Aitor Francos Ajona
nació en Bilbao en 1986.
Ha estudiado
la carrera de Medicina
Es psiquiatra.
Fue finalista del LXI premio Adonais de poesía en 2007 con el libro Las Fuerzas Útiles
(Hontanar, 2008)
Ha publicado Igloo (Renacimiento, Sevilla, 2011. XIV Premio Surcos), Un lugar en el que nunca he escrito (Renacimiento, 2013) y Libro de las invitaciones (Ed. Baile del sol, 2013). He aparecido en revistas como Zurgai, Ex-Libris, Turia, Piedra de Molino, El Alambique o Nayagua. Escribe para el suplemento El cuaderno de Trea y Quimera.
Poemas
De Igloo:
METAMORFOSIS DE LO MISMO
A veces,
giro en la burbuja de mi linterna
mágica hasta llegar a donde
no existe nada
que sea mi contrario.
Separo los diámetros,
araño algo en la pared que es
mi propia imitación.
No es suficiente
limpiarle las escamas al estómago,
prescindir del flotador.
Soy apenas la aridez de un perfil
poroso,
un anfibio de brillo desigual.
Me filtro como el vaho de los espejos,
respiro la voz de la escafandra,
inane.
EN OTRA PARTE
Ver nubes de aluminio,
radiografías de lo que cambió para siempre.
Días obligados a perpetuar lo infame:
la libertad del juego
y las voces amigas que ya no reconozco;
la felicidad, ese extraño huésped.
La lluvia sólo quiso
una excusa para salir a acariciarnos,
para mirar arriba, comiendo un caramelo.
Podamos los arbustos,
recogimos las ramas que quedaron
unidas entre sí,
crecimos.
La infancia era eso, un televisor sin voz
y un avión de fondo
que aún no habíamos compartido.
La ilusión de unos ojos que te dicen
qué quieres ver.
Aunque
el invierno insista en no ser nada extraordinario.
MOLDE BARROCO
Limo es la estación
que se desgasta en el placer de un cambio.
Vivimos para inventarnos una lentitud,
una combinación que se afine en la mecánica,
un surco que mida y persevere en el reparto.
Los idiomas que terminan en el lodo, a veces,
se colman de facciones arbitrarias.
Así,
ceden las costuras y el paisaje es panorámico:
invita a dar brazadas.
Parte de un encierro que se crece en los finales.
Como una línea que sólo piensa en volver.
LITORAL
Sedimento es la pulcritud de los relieves,
satisfacción de verse endurecido,
fibroso y liminar.
En cambio,
el desgaste es una dilatación desigual,
una máscara cosida al afluente,
una porción calcárea en lo que arrastro:
lo vertical que adquiere capas superpuestas.
La estría está en el tacto: su masa celular
se cae de las miradas.
MASAS ESTELARES
Mi silueta es identidad, se conforma
con estar adentro:
es lo desprovisto de erosión, anticipar
unos rasgos en la comodidad de verse solo.
Es lo que queda;
una lluvia pétrea y sucesiva,
transitar las miniaturas antes de volver
al prontuario.
Un extracto que finge densidad,
una porción nula que se acerca a lo que mide.
CLEPSIDRA
Aún,
en cada golosina un cubilete
enfoca mis detalles,
el tarro abierto silba en la sutura
de los ceros y me dispensa de elegir
mi periferia.
La postdata es perfecta para verte.
La idea del regreso
adorna un lomo artesanal: su natación
hipnótica da fe
de los salientes.
El sol es líquido,
se cierra en el aplauso.
De Libro de las invitaciones:
XYZ
Inútil empujar un rondo más
en busca de interiores,
alargar el dominio,
remover el círculo no cerrado.
Éste es el espacio contenido;
el punto que domina la mirada.
CYBORG
Diría: un error de cálculo, amortiguado
por la sombra del pelo,
lo primero que pierdo al caer.
Sólo palabras sueltas,
mientras la superficie porosa y abultada
aparta la patética
densidad de la sintaxis.
No volveré a estar allí, en esa asidua
falta de inspiración.
Con lo no digerido hago el poema.
Nadie comprende el desánimo de un animal
muerto en la escalera.
DECLINATORIO
Irse es esperar en otra parte
de este nivel de fondo,
recomponer la caja de herramientas,
morir con lo que no
viene
rodeado de grúas y de piezas
para armar.
De Un lugar en el que nunca he escrito:
LECTURAS RECOMENDADAS
Hace tiempo que sólo leo epílogos,
notas aparte, apócrifos domésticos.
No recuperaré mi biblioteca.
Toso. Habito una fábrica a escala,
una ciudad inhóspita o un monstruo
metalúrgico. Han puesto en renta el viejo
solar, y llueve intermitentemente
en las notarías y en los registros
civiles. Nada con lo que empezar,
aquí en Bilbao y en casa de mis padres.
Nada que escribir en las postales
que no sea una ficción subterránea
y estúpida; leo, acato las órdenes
y prospera el negocio funerario.
PLANO TURÍSTICO
«There are almost no friends
but a few birds to tell what you have done».
Louis Zukofsky
Agradece las letras indelebles
del cartel infausto, como con roña
de enfermedades infantiles. Bilbao
hará el resto. Sé bienvenido: lee
aplicadamente (o guarda cama)
en las presentaciones literarias
de los amigos. Elige el tabaco
más mediocre (uno que te haga toser
lo suficiente) para compartir
los rezos. Reniega de saludar
con buenas intenciones de escritor
poco dado a la retórica. Firma
el libro de huéspedes y enseña un
pasaporte a punto de caducar.
MESA DE ESTUDIO
Un escritor de novelas baratas
no retira los escombros domésticos,
apila la madera y agradece
los tonos fatigados de C. Woolrich,
un precario maestro del engaño.
Para el novelista que bebe ron
el exánime ritual del flexo
no obedece al halago de la cámara.
Sólo ve un cenicero abarrotado,
un bloc de notas con citas efímeras,
páginas que no deben leerse así,
digeridas por una lumbre inútil.
Yo añado a los estantes espejismos
o aviso a los fantasmas rezagados.
El QUIMÉRICO INQUILINO
Anochecía casi en otro siglo,
(esos días en que uno se resiente,
llega incluso a perder todo el tabaco)
Me atreví a poner fin a la actuación
y volví a la cita afortunada,
descreída y tópica. Hube de añadir,
con disimulo, exageraciones,
con un regreso a casa del trabajo,
para negar mi afición a las féminas
de ralea escasa y a esos otros
seres con tinte de ser pares míos,
harto de pasear perros de caza,
triste e indudablemente borracho,
por los edificios de renta antigua.
ENLACES
Su primer libro en Ediciones Hontanar
Aitor Francos, entre los finalistas del Premio Adonais 2007 - la noticia en Europa pressPOEMAS